El divo del Popo.

Me pregunto si verdaderamente este empedrado de frustración del mundo de las citas y la misión de conocer un buen hombre algún día se empareja un poquito, solo lo suficiente como para que pasar por los baches no terminé en una decepción tan culera que siempre preferiría haberme podido evitar.

Conocí a este hombre 100% poblano pero con nombre árabe tan poblano y tan con nombre árabe que propuso llevarme a comer cemitas y tacos árabes a su ciudad que me gusta pero que precisamente me asusta por su gente «rara»…. Yadir no fue la excepción a mi prejuicio ni tampoco cumplió nada de lo que propuso.
Lo contagié involuntariamente de covid en nuestra primera cita pero no me arrepiento de nada más que de sentirme extremadamente culpable y de tratar de cuidarlo a la distancia sacando fuerzas para hacerlo mientras yo también estaba enferma. GRAN ERROR.


Salimos un par de meses porque no me odió por contagiarle covid pero parecía que me odiaba porque siempre era hostil y mamón al grado de que yo a la segunda cita no quería volver a verlo… Salió conmigo hasta que logró su cometido, decidió quedarse con otra con la que salía al mismo tiempo que conmigo, que también tenía covid cuando la conoció… Ay empedrado.

Lo dicho: GRAN ahorro de energía que digamos ya no se va a fugar en alguien que confronté pero no tuvo el valor de decirme las cosas pero sí el coraje de llamarme intensa por ser segura de mí misma, no le gustaba que yo no supiera perrerar, ni le gustaba que no me dejé flashear por su Alfa Romeo de casi 2mdp pero por el que probablemente pidió un descuento como cuando yo estaba hablando random con los de Dior y se le hizo fácil hacerlo. UGH.
Llévatelo amika, te debo una.

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